miércoles, 20 de julio de 2011

“Drácula, el no muerto” o el intento por acabar con el mítico y despiadado Vampiro

Por Jorge Reyes Ontiveros
Hablar de Drácula, siempre nos lleva a recordar al maldito y despiadado Conde de Transilvania que en lo único que piensa es en saciar su apetito voraz de sangre, sin ningún viso de compasión y piedad por nadie.
Así, al presentarse lo que pretende ser la secuela de la ya centenaria novela escrita por Bram Stoker, el lector busca en la historia encontrar a ese ser despiadado recorriendo el mundo en busca de venganza y acabar con la cuadrilla que lo acorraló y que en un principio creía que había acabó con él.
Siempre se ha dicho que las segundas partes por lo regular son malas y en muchos casos ha sido así, pese a que las continuaciones siguen la pauta de sus antecesoras, ya sea en libros o películas, pero debido a los malos argumentos y tramas terminan rompiendo con el encanto que alcanzó la primera parte de la historia.
En el caso que nos ocupamos en esta ocasión podemos decir que la secuela que se pretende hacer de la gran novela “Drácula”, de Bran Stoker, es totalmente arriesgada pues “Drácula, el no muerto”, se enfoca en acabar con la mítica figura del mal que ha representado por más de un siglo el Conde de Transilvania para los amantes del género del terror.
Dacre Stoker, descendiente directo de Bram, e Ian Holt, se lanzan a una aventura literaria para retomar algunos de los manuscritos que dejó el autor de Drácula y a partir de ellos iniciar su historia años después de que la partida de héroes encabezados por Jonathan Hacker y el doctor Van Helsing dieron fin al poderoso vampiro que arribó a Inglaterra para extender su reino del mal.
Así, el relato de la dupla Dacre-Ian se sitúa en 1912 y tiene como escenarios principales Francia e Inglaterra y nos cuenta la manera en como las vidas de los protagonistas  se vieron afectadas luego de la lucha que tuvieron contra Drácula, debido a que no supieron sobreponerse a los traumas vividos en dicha aventura.
Pero no sólo eso, ambos autores rompen con el encanto, si así se le puede llamar, que tiene Drácula entre millones de seguidores, ya que al pasar las páginas con su historia pretenden redimir al vampiro y nos lo presentan como un ser que pretende acabar con un mal superior que ha dejado una cadena de dolor y maldad por muchas naciones de Europa.
Y no conformes con esto, en un intento de forzar la historia en la Inglaterra del inicio del siglo pasado, también pretenden darle un nuevo sentido a la figura del mítico Jack El Destripador, aquel asesino serial que dio muerte a cinco prostitutas y desapareció sin dejar rastro alguno que permitiera identificarlo para llevarlo ante la justicia, aunque sus acciones fueron suficientes para hacer de él un ser conocido a nivel mundial.
No conformes con lo anterior, Drace y Ian, en un intento poco entendible incluyen entre sus personajes secundarios a Bram Stoker en el papel de un empresario teatral y de un escritor obsesionado en montar en el más importante de los teatros ingleses su mayor obra: “Drácula”.
Con estos elementos como ejes rectores, se desarrolla esta historia en la que se enredan drama, sangrientos asesinatos, inconformidades, problemas existenciales y un sinfín de intrigas en las que se ven involucrados cada uno de los personajes que el mismo Bram Stoker nos muestra en su novela, destacando sobre todo Mina Hacker y uno nuevo, su hijo Quincey quien se convierte en el hilo conductor de toda la trama.
Un factor que se les tiene que reconocer a los autores es el hecho de que su narrativa es buena y fluida, además de que en todo momento pretenden respetar el estilo de “Drácula”, sin retomar prácticamente el tinte epistolar o de los diarios personales que marcan lo que de ahora en adelante será la primera parte de esta novela.
Así, es muy factible que los amantes del vampiro de Transilvania no acepten para nada esta nueva novela lanzada al mercado a finales del 2009 por la casa RocaEditorial, por la pretensión de hacer de él un ser preocupado por la humanidad y decidido a terminar con el mal real que encarna un enemigo muy peligroso al que tiene que hacerle frente y que también es de la raza vampírica.
A pesar de estos factores, creo que es importante que los seguidores de Drácula le echen una leída y a partir de ella hagan sus propias evaluaciones y reflexiones respecto a si fue o no adecuado este intento realizado por la dupla Drace-Ian.

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